El objetivo era conseguir un ambiente acogedor y atractivo, evitando caer en la sensación de lujo. A partir de ello se creo el concepto de “Huarique”, un lugar sencillo “ que no asusta”, pero que sus fieles clientes saben que esconde que un sabor espectacular y único.
El efecto de uso de distintos materiales, muebles de madera pintada, cemento pulido y acabados rústicos aluden a la improvisación propia de los “huariques” o puestos de mercado. El lenguaje visual del mercado nos transporta a un mundo cercano, amigable, noble y de códigos propios (de mucho color y sabor).