Con un nuevo nombre desarrollado y bajo la frase “¡Plin y listo!”, se reflejó la simplicidad del producto digital que resolvía una necesidad principal del consumidor: transferir de manera inmediata dinero a sus contactos.
Basados en el logotipo, se desarrolló una identidad visual diferenciada de las marcas de Banca en el Perú, una más cercana y dinámica, que aprovechaba el canal digital para expresar movimiento, expansión y transmitir fluidez.
Se implementó el sistema modular con una paleta vibrante y uso del degradé, con ilustraciones y fotografías que reflejaban la simplicidad del producto, marcando una diferencia entre las identidades tradicionales de banca para acercarla más a su público.